Dios desea consagración de corazón, no sacrificios de animales. Está en la Biblia, Salmo 50:13-15, "¿He de comer yo carne de toros, o de beber sangre de machos cabríos? Sacrifica a Dios alabanza, y paga tus votos al Altísimo; e invócame en el día de la angustia; te libraré, y tú me honrarás".
Dios se complace con una actitud de sacrificio que pone todo lo que tenemos a su disposición. Está en la Biblia, Mateo 19:21, "Jesús le dijo: Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo, y ven y sígueme".
Dios se complace con una vida de sacrificio, porque ésta muestra gratitud por su gracia. Está en la Biblia, Romanos 12:1, "Así que, hermanos, os ruego que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional".
Dios se complace con nuestra alabanza genuina y la recibe como un sacrificio. Está en la Biblia, Hebreos 13:15-16, "Así que, ofrezcamos siempre a Dios, por medio de él, sacrificio de alabanza, es decir, fruto de labios que confiesan su nombre. Y de hacer bien y de la ayuda mutua no os olvidéis; porque de tales sacrificios se agrada Dios".