Antes de estudiar el infierno y el sufrimiento eterno es importante obtener una comprensión sólida de quien es Dios, y también su carácter. La Biblia nos dice que Dios “es” amor (1 Juan 4:16). Dios es el autor del amor y todas sus acciones son dirigidas por amor. Jeremías 31:3 dice, “Con amor eterno te he amado; por tanto, te he prolongado mi misericordia.” La Biblia claramente dice que Dios no disfruta de la muerte de un pecador. Ezequiel 33:11 dice, Diles: “Vivo yo, que no quiero la muerte del impío, sino que el impío se aparte de su camino y viva… Porque moriréis, oh casa de Israel.” Seguir leyendo el artículo…
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También en 2 Pedro 3:9 nos dice que Dios es paciente para con nosotros, porque no quiere que nadie se pierda, sino que todos procedan al arrepentimiento. El amor de Dios para el ser humano es eterno, por consiguiente, como podría Dios torturar al ser humano para siempre y amarlos para siempre? Esto no tiene sentido. Entonces de donde proviene la doctrina de un fuego eterno?
“Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles.”” Por otra parte, Mateo 25:33-34 nos señala que aquellos que deciden por Cristo “Heredad el reino que ha sido preparado para vosotros desde la fundación del mundo.” El propósito original y el fuego son la destrucción final de Satanás y sus ángeles. Solamente después del fuego purificador Dios limpiará las lágrimas de los ojos de los salvos
Muchos preguntan, “hay personas sufriendo en el infierno actualmente?” Job 21:30-32 nos presenta un cuadro acerca del infierno y cuando sus fuegos arderán. Job dice, “para los malos esta preservado en el día de la calamidad, y que serán consumidos en el día de la ira.” Este versículo, junto con el que vemos en 2 Pedro 3:7 nos muestra que el infierno no está ardiendo ahora, pero en un futuro, los malos son reservados y saldrán de sus tumbas en el día de la ira. Juan 5:28-29 también nos dice el mismo mensaje, “No os asombréis de esto, porque vendrá la hora cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz y saldrán, los que hicieron el bien para la resurrección de vida, pero los que practicaron el mal para la resurrección de condenación.” Nuevamente vemos que viene la hora en el futuro, pero no es ahora, cuando la condena y destrucción final sucederá. Usted puede estar seguro de que ahora mismo, en este momento, ni una sola persona se está quemando en el fuego del infierno.
Como puede una fecha futura del infierno mostrar un Dios amoroso? Imaginemos que un hombre cometió adulterio hace miles de años en el tiempo de David. Este hombre nunca se arrepintió y se fue por el camino equivocado. Ahora pensemos en otro hombre que cometió el mismo pecado ayer. Sería justo para el primer hombre ser castigado miles de años más que el hombre que fue sorprendido en adulterio ayer? Esto no será justo. La respuesta está en el hecho de que el castigo para los dos hombres está reservado para el día del juicio. (Job 21:30-31 y 2 Pedro 3:7. Cada hombre será castigado al mismo tiempo.
Para averiguar donde se encuentra el infierno, hay que ver el contexto de cuando este evento ocurre y sus detalle. Juan 5:29 dice que la resurrección de los justos será para vida eterna, mientras la resurrección de los malos será para condenación y la ira de Dios. Esta misma idea se puede encontrar en Apocalipsis 20:5 cuando los impíos resuciten de sus tumbas. (Note: Apocalipsis 20:4-6 nos habla de la resurrección de los justos.) Una vez que los malvados han resucitado en toda la faz de la tierra, el diablo los convence para ir a atacar la amada ciudad de Dios. En ese momento fuego desciende del cielo y destruye a los malvados de Satanás (Apocalipsis 20-7-9). Por lo tanto, los fuegos del infierno quemarán en toda la faz de la tierra, y no habrá escapatoria para los malvados. 2 Pedro 3:10 añade lo siguiente acerca de donde se encuentra el infierno y el evento de fuego, “…Entonces los cielos pasarán con grande estruendo; los elementos, ardiendo, serán deshechos, y la tierra y la obras que están en ellas serán consumidas.”
No, el Diablo no está a cargo del infierno, en realidad el será lanzado al lago del fuego ardiente según Apocalipsis 20:10 Satanás no es el que hace descender el fuego del infierno sobre los malvados que rodean el campo y la ciudad amada. Si el Diablo estuviera a cargo, él mismo no podría mantenerse fuera del lago de fuego y sus consecuencias.
Tal vez nos sorprenda pero la Biblia menciona en varias partes que los impíos quemaran y serán destruidos por el fuego. Como ya sabemos correctamente, los malvados no quemarán para siempre. Malaquías 4:1-5 dice que en el día del Señor, “todos los arrogantes y todos los que hacen maldad serán como paja. Aquel día que vendrá los quemara, Dice Jehová de los ejércitos, ‘Y no les dejara ni raíz, ni rama’… Pisotearás a los impíos, los cuales, el día que yo preparo, serán como ceniza bajo las plantas de vuestros pies.” Salmos 37:10 también nos dice que los malvados no serán más. Cuidadosamente los buscaremos pero no los encontraremos. Versículo 20 añade que los enemigos del Señor serán consumidos y desaparecerán como el humo. Todo lo que queda de los impíos es humo y cenizas, no quedará ninguna parte de ellos para ser torturada para siempre. Toda la maldad será removida de la tierra. La raíz (Satanás) y también las ramas (sus seguidores) serán cenizas sin vida en ellos.
A menudo es tan importante ver lo que NO está escrito en la Biblia como también lo que ESTA escrito en la Biblia. Romanos 6:23, la Biblia dice que “La paga del pecado es muerte. La Biblia no dice que la paga del pecado es un castigo eterno. También vemos lo que dice Juan 3:16 dice, “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree no se pierda, mas tenga vida eterna.” Este versículo nos habla de dos opciones. La primera opción es la de morir, lo cual significa que es ser destruido y desaparecer: o dejar de existir. La otra opción es la vida eterna. Ninguno de estos versículos nos habla de un tormento eterno.
Sobre la faz de la tierra habrá absoluta destrucción. No quedará nada con mancha de pecado. 2 Pedro 3:10 dice, “y la tierra y las obras que están en ella serán consumidas.” Isaías 47:14 describe el infierno ardiente en la siguiente forma, “He aquí que serán (los malvados) como paja; el fuego los quemará. No libraran sus propias vidas del poder de la llama de fuego. No quedará brasa para calentarse, ni lumbre ante la cual se sienten.” El fuego será tan completo que se consumará así mismo, ni siquiera dejará un carbón encendido. De acuerdo a la ciencia, el fuego necesita tres elementos para continuar activo: combustible, oxígeno y calor. Si se elimina cualquiera de estos elementos, se apaga el fuego. El fuego del infierno se apagará porque en Isaías dice que no quedara ni un carbón, material que se necesita para mantener el fuego encendido.
El fuego purificador provoca una erradicación completa del pecado. Ezequiel 28:18-19 dice lo siguiente acerca de Satanás, “ Yo, pues, hice que en medio de ti se desatara y te devorara el fuego. Te convertí en cenizas sobre la tierra … y dejaras de ser para siempre.” Con Satanás y toda el pecado consumido la Biblia dice que el pecado y la aflicción no surgirán por segunda vez (Nahúm 1:9).
Porque Dios permite toda esta destrucción? 2 Peter 3:10-14 explica que la tierra siendo encendida se derretirá, pero debemos mirar hacia adelante, un cielo nuevo y una tierra nueva donde mora la justicia. El fuego purifica la tierra y establece un lugar de justicia donde los salvos pueden vivir. Isaías 65:17 añade, “Porque he aquí que yo creo cielos nuevos y tierra nueva. No habrá más memoria de las cosas primeras, ni vendrán más al pensamiento.” Este lugar de justicia se describe en Apocalipsis 21:1-5 de la siguiente forma: “Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existe más. Y vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén que descendía del cielo de parte de Dios, preparada como una novia adornada para su esposo. Oí una gran voz que procedía del trono diciendo; “He aquí el tabernáculo de Dios esta con los hombres, y el habitará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios. No habrá más muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, porque las primearas cosas ya pasaron… Y el que estaba sentado en el trono dijo: “He aquí yo hago nuevas todas las cosas.”
Pensemos en lo siguiente, si las personas fueran atormentados para siempre en el infierno, como podrían las cosas hacerse nuevamente? Como enjuagará Dios las lágrimas de nuestros ojos si fuésemos salvos, vivir felices en la nueva tierra, pero ver a nuestros seres queridos sufriendo en el infierno para siempre? La vida eterna en el cielo sería un tormento eterno si continuamente vemos a nuestros seres amados en una agonía sin fin.
Si usted fuera un Dios todopoderoso que gobierna el universo, como lidiaría con el pecado. Como eliminaría el dolor y la angustia por la eternidad? Dios quiere destruir el pecado, pero ama al pecador. Si continuamos aferrándonos al pecado seremos destruidos junto con el pecado. Si abandonamos el pecado, el pecado solo será destruido. Si el pecado no se elimina por completo infectará cada parte de la tierra. No puede existir completa paz mientras exista el pecado. Observemos nuevamente en Ezequiel 33:11, que dice, “Diles” Vivo yo, que no quiero la muerte del impío, sino que el impío se aparte de su camino y viva. Apartaos, apartaos de vuestros malos caminos! Porque moriréis, Oh casa de Israel?” Dios te está llamando, no por temor del infierno, pero por amor. El está suplicando para que dejes el pecado en tu vida y un día poder disfrutar de un hogar celestial donde no existirá dolor ni sufrimiento. Porque no escuchas a un Dios compasivo y amoroso que no quiere que nadie sufra, pero que vengan a El.
Consideremos la siguiente historia, imaginemos a Dios como un cirujano compasivo y amoroso. El ama a cada paciente que llega a su consultorio pero odia la enfermedad que hay en ellos. Cada día con amor trata cada caso. Un día llegas al consultorio con un problema de gangrena. El te ama tanto y dice que él debe hacer una amputación para salvar tu vida debido a la seriedad del problema. Si la gangrena no se quita, la infección eventualmente te consumirá y morirás. De la misma manera Dios tiene que quitar el pecado que consumirá todo el universo y destruirá la felicidad de su creación.