Los frutos del Espíritu, que se encuentran en Gálatas 5:22-23, consiste de las siguientes nueve cualidades o regalos: Amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, humildad y dominio propio.
“El amor es paciente, es bondadoso, el amor no es envidioso ni jactancioso ni orgulloso. No se comporta con rudeza, no es egoísta, no se enoja fácilmente, no guarda rencor. El amor no se deleita en la maldad, sino que se regocija con la verdad. Todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta” (1 Corintios 13:4-7).
“Sobre todo ámense los unos a los otros profundamente, porque el amor cubre multitud de pecados” (1 Pedro 4:8).
“Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: regocijaos” (Filipenses 4:4)!
“Estad siempre gozosos. Orad sin cesar. Dad gracias en todo, porque es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús” (1 Tesalonicenses 5:16-18
“Y el Dios de esperanza os llene de gozo y paz en el creer, para que abundéis en esperanza por el poder del Espíritu Santo” (Romanos 15:13).
“Tu guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado” (Isaías 26:3).
“Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo en entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús” (Filipenses 4:6-7).
“Y la paz de Dios gobierne en vuestros corazones, a la que asimismo fuisteis llamados en un solo cuerpo; y sed agradecidos” (Colosenses 3:15).
“Confía callado en el Señor y espérale con paciencia; no te irrites a causa del que prospera en su camino, por el hombre que lleva a cabo sus intrigas” (Salmos 37:7).
“Aquí está la paciencia de los santos; los que guardan los mandamientos de Dios y tienen la fe de Jesús” (Apocalipsis 14:12).
“El Señor no tarda su promesa, como algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros; no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento” (2 Pedro 3:9).
“Más bien, sed benignos los unos con los otros, misericordiosos, perdonándonos los unos a los otros, como también Dios os perdonó a vosotros en Cristo” (Efesios 4:32).
“A su alma hace bien el hombre misericordioso, pero el cruel atormenta su propia carne”(Proverbios 11:17).
“El amor es paciente, el amor es bondadoso…” (1 Corintios 13:4).
“Ciertamente el bien y la Misericordia me seguirán todos los días de mi vida, y en la casa de Jehová moraré por largos días” (Salmos 23:6).
“Quién es sabio y entendido entre vosotros? Muestre por la buena conducta sus obras en sabia mansedumbre” (Santiago 3:13).
“De los pecados de mi juventud, y de mis rebeliones, no te acuerdes; Conforme a tu misericordia acuérdate de mí, Por tu bondad, oh, Jehová” (Salmos 25:7).
“El hombre fiel tendrá muchas bendiciones, pero el que se apresura a enriquecerse no quedará sin culpa” (Proverbios 28:20).
“Porque por fe andamos, no por vista” (2 Corintios 5:7).
“Muchos hombres hay que proclaman su propia bondad, pero hombre fiel, ¿Quién lo hallará” (Proverbios 20:6)?
“Vuestra gentilieza sea conocida de todos los hombres. El señor está cerca” (Filipenses 4:5).
““Que a nadie difamen, que no sean pendencieros, sino amables, mostrando toda la mansedumbre para con todos los hombres” (Tito 3:2).
“La blanda respuesta quita la ira, mas la palabra áspera hace subir el furor” (Proverbios 15:1).
“Como ciudad derribada y sin muro es el hombre cuyo espíritu no tiene riendas” (Proverbios 25:28).
“Mejor es el que tarda en airarse que el fuerte; Y el que se enseñorea de su espíritu, que el que toma una ciudad” (Proverbios 16:32).
“Mas el fin de todas las cosas se acerca; sed, pues, sobrios, y velad en oración” (1 Pedro 4:7).