Los regaños pueden ser una herramienta de aprendizaje para los niños. Está en la Biblia, Proverbios 29:15, "La vara y la corrección dan sabiduría; mas el muchacho consentido avergonzará a su madre".
Demasiados regaños, sin embargo, pueden ser contraproducentes. Está en la Biblia, Colosenses 3:21, "Padres, no exasperéis a vuestros hijos, para que no se desalienten".
El propósito de la disciplina es ayudar a que los hijos maduren en lugar de irritarlos. Está en la Biblia, Efesios 6:4, "Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor".