El progreso espiritual está en manos de Dios. Está en la Biblia, Filipenses 1:6, "Estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo".
El progreso espiritual es un proceso de no darse por vencido. Está en la Biblia, Filipenses 3:13-14, "Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús".