Permíteme presentar un texto muy importante: 2° Corintios 6:14, “No os unáis en yugo desigual con los incrédulos.” Esa última palabra es la más importante. Obviamente siguiendo este consejo, un cristiano no se casaría con un ateo o un judío o un musulmán, etc. Pero, ¿qué sobre el casamiento interracial? En Deuteronomio 7: 1-6 Dios les dice a los israelitas que destruyan a todos los habitantes de la tierra de Canaán y que no se casen con ellos. La razón dada es que “desviará a tu hijo de en pos de mí, y servirán a dioses ajenos.” 2° Corintios 6:14 se aplica aquí.
La esposa de Moisés era de otra raza y Aarón y Miriam fueron castigados por criticar el matrimonio interracial de Moisés. Esa historia está registrada en Números 12:1-15. Todo el que lee la Biblia encontrará el libro de Rut una delicia. Ella es otra extranjera que llegó a ser parte del linaje de Cristo, como lo hizo la ramera Rahab, también de otra nación. El linaje de Cristo está dado en Mateo 1 con la mención de esos nombres. Colosenses 3:11 deja en claro que en Cristo todos somos uno.
Muy bien, entonces ¿qué acerca de casamientos interraciales aquí y ahora? Desde la Biblia parece claro que, cuando ambos son creyentes, no está mal. Ciertamente cualquier pareja que planea casarse querrá considerar en oración el impacto que su casamiento tendrá sobre la familia y los futuros hijos y estar preparada para los problemas potenciales que puedan surgir.
Casamientos a través de barreras raciales o religiosas están llegando a ser más y más prevalecientes. Asumiendo que dos son de la misma religión, igual hay razones prácticas para considerar y pensar mucho. Dos adultos pueden acomodarse a la situación mucho mejor que sus hijos que pertenecen a ambas razas, pero desde un punto de vista muy práctico no pertenecen a ninguna raza. Todos los matrimonios tienen algunas tensiones.
Justo después de la Segunda Guerra Mundial, tuvimos americanos en servicio trayendo sus esposas extranjeras de diferentes razas a los Estados Unidos, llenos de amor y devoción, sólo para ver las presiones de la sociedad dejándolas aparte y enviando las desafortunadas esposas de vuelta a sus hogares natales.